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miércoles, 13 de abril de 2016

Alimentos: no siempre son lo que parecen

Si estás cuidando lo que comes y quieres seleccionar adecuadamente los alimentos a incluir en tus platos, debes saber que no siempre son lo que parecen, pues ni los hay tan buenos como dicen ser ni tan malos que podemos escuchar.

A continuación te mostramos algunos ejemplos que demuestran que debemos ser muy críticos al momento de elegir qué comer, pues los alimentos no siempre son lo que parecen ni tampoco, lo que dicen ser.

Yogur helado y yogur griego
El yogur es un alimento muy asociado a una dieta sana, quizá por eso, cuando hablamos de yogur helado o de yogur griego, todos imaginamos alimentos saludables.
Sin embargo, los yogures helados tienen una composición que duplica en grasas y en azúcares a un yogur tradicional, según lo ha demostrado con un análisis la OCU. Por lo tanto, en términos nutricionales, se asemejan más a un helado que a un yogur, aunque por supuesto, son menos calóricos que otros helados tradicionales.
No obstante, el topping o las salsas y agregados que solemos colocar sobre el yogur helado añaden aun más calorías, azúcares y hasta grasas trans, por lo tanto, lejos de ser una alternativa saludable y adecuada para cuidar lo que comemos, el yogur helado debe consumirse tal como cualquier otro helado, con moderación y no a diario.
Por su parte, el yogur griego siempre se considera una buena alternativa a la nata, y aunque tiene más proteínas y mejores minerales que ésta, es dentro de los yogures, uno de los que más calorías y grasas concentra.
Además, hay una versión azucarada cuya cantidad de azúcar es muy elevada y si queremos cuidar lo que comemos, en nada favorece la calidad de nuestra dieta, en su reemplazo, podemos emplear un yogur desnatado y en lo posible natural, o bien, moderar la cantidad y frecuencia de su consumo.

Galletas ricas en fibra, barritas y semejantes

La fibra es en general, un nutriente muy recomendable para incorporar a nuestra alimentación y tal como hemos dicho, puede ayudarnos a estar en forma, sin embargo, las barritas de cereales y/o galletas ricas en fibra no siempre son lo que parecen.
Éste tipo de alimentos si bien suelen tener mucha fibra, también pueden ofrecer gran cantidad de grasas, entre ellas grasas trans, y además, pueden concentrar azúcares en su composición.
En su envasado de seguro encontramos una leyenda que dice "rica en fibra" que nos incentiva a su consumo, o un color verde que hace alusión a una alimentación más sana y natural, sin embargo, no nos debemos conformar con su empaquetado ni con sus leyendas más visibles, sino que, mirar la letra chica y/o el contenido de azúcares, grasas y calorías es fundamental para escoger adecuadamente qué comer.
Muchas veces, nos daremos cuenta que el pan integral o el pan blanco como tal son mejores opciones que las galletas ricas en fibra, las barritas de cereales y/o los cereales comerciales.

Zumos comerciales, refrescos saludables y otros

Muchos zumos comerciales señalan en su envasado que se trata de un alimento natural, y también, muchos refrescos como por ejemplo aguas de sabores o bebidas a base de leche, se promocionan como saludables.
No obstante, un estudio publicado en The Lancet señala que el azúcar que existe en los zumos de frutas y en otras bebidas o refrescos que dicen ser saludables puede ser igual de nocivo que el azúcar que encontramos en las chucherías y otros productos dulces.
Por otro lado, las bebidas a base de leche y zumo suelen tener poco de fruta y de lechey ser más bien, un simple refresco industrial como nos cuentan en Vitónica, por lo que, una vez más no son lo que parecen.
Incluso, los batidos, el café, o té que podemos comprar en cadenas de caféreconocidas pueden tener exceso de azúcares y calorías, tal como lo ha probado unestudio realizado por la organización no gubernamental Action on Sugar.
Como siempre decimos, lo mejor es observar con atención el etiquetado de estos productos para ver además de sus calorías, sus nutrientes y por supuesto, un consumo ocasional de cualquiera de estos alimentos en nada perjudicará nuestra dieta, pero creer que estamos ante un noble y sano alimento sin duda puede confundirnos e incentivar su ingesta diaria que, como tal, no sería aconsejable si buscamos cuidar nuestra alimentación.
Bibliografía | The Lancet Diabetes & Endocrinology, Volume 2, No. 6, p444–446, June 2014 y OCU 

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